Gris marengo es la segunda canción del EP El viaje alucinante. Solo muchos años después de que esta canción se escribiera supe dónde fue inspirada. En un bar con el mismo nombre en una localidad cuyo nombre no diré para no airear un paraíso. En algún momento de la vida debimos estar sentados en la terraza del Gris marengo, o en la de al lado, viendo el cartel. Aunque el gris marengo es un color, obvio, y aunque Davín era dibujante, Gris marengo no era un término que me pareciera, ni a él ni a otras personas de su entorno, que formara parte de su vocabulario más o menos habitual. Incluso del inhabitual. Mucha gente se preguntaba de dónde había salido el título de esa canción, incluyéndome yo. A pesar de que el gris marengo era un bar que había frecuentado con mi familia desde niño. Muchos años después, caminando solo por el paseo marítimo de ese pueblo, cuando el bar llevaba, como digo, años cerrado, aunque el letrero de la pared lo habían conservado, mirando nada, que es donde se suele mirar cuando se pasea por un paseo marítimo cualquiera, mi mirada se posó en el ya conocido cartel del bar. ¡Me cago en la puta hostia, esta es la explicación al inescrutable enigma del origen del título de Gris marengo! Si escuchas la canción, por supuesto nada de lo que se dice en ella tiene relación con el color gris marengo. Ni con un bar. Pero, como dije en la entrada anterior, en la cabeza de Davín no cabía la aleatoriedad. Cualquier cosa que surgiera de allí necesariamente estaba conectada con algo. Con qué, era mayormente un misterio. Como nos suele pasar a la mayoría, lo que está en nuestra cabeza a saber a qué conexiones obedece. En Davín era paradigmático y Gris marengo era el paradigma de su paradigmentación.
No recuerdo cómo surgió Gris marengo. Si Gravedad cero se fue construyendo sobre la marcha, Gris marengo ya venía hecha de casa. Como el resto de canciones que traería Davín al grupo. Ya venía hecha con base de bajo melodía y letra. Finiquitada. Inamovible. Solo a falta de incorporar el resto de instrumentos. Aun así, creo que el proceso de creación de Gris marengo siguió el mismo proceso que Gravedad cero. Lo que pasa en vez de crearse la canción a partir de una base de cuatro notas de bajo, esta vez se fue generada por una idea fruto de haber visto hacía años el cartel de un bar: Gris marengo. Y una vez surgida la chispa, todo lo demás vino seguido: la espiral. Los dibujos de Davín están llenos de espirales. Surge el punto inicial de la espiral, Gris marengo, y, venga, que empiece a desfilar el carrusel de imágenes en torno a algo con lo que nada de lo que se cuenta tiene relación. Transcribo la letra:
Gris marengo!
Cris me rindo,
me conformo
con tu calma.
Gris marengo!
Buceando
por el fango.
Me das nada
¿tienes algo?
Gris marengo eres
como mi mirada.
Gris marengo brillas
cuando todo se apaga.
Gris marengo ardes
en tus propias llamas.
Gris marengo besas
con tu lengua afilada
Gris marengo bailas
sobre tierra quemada.
Gris marengo ríes
cuando no queda nada.
Gris marengo luchas
con la cara pintada.
Gris marengo amas
como el agua salada.
Gris marengo!
No te entiendo.
Me entretengo
con tu Karma
Gris marengo!
Sobrevivo
descubriendo
los colores
de tu alma
Gris marengo eres
como mi mirada.
Gris marengo brillas
cuando todo se apaga.
Gris marengo ardes
en tus propias llamas.
Gris marengo besas
con tu lengua afilada
Gris marengo bailas
sobre tierra quemada.
Gris marengo ríes
cuando no queda nada.
Gris marengo luchas
con la cara pintada.
Gris marengo amas
como el agua salada.
Gris marengo es una historieta de cómic de Davín, que surge de una espiral y se ramifica en múltiples historias, personajes y posibilidades. Pero esta vez, en vez de ilustrar canciones, como tan a menudo hacía (creó cómics donde liaba a dibujantes simpatizantes para comicar canciones en monográficos sobre Los Ilegales, Lagartija Nick, etc.), transformó una ilustración de cómic en una canción. Y esto fue solo el principio. Gris marengo fue la primera canción de Davín. O al menos la primera canción que puso en común con el grupo. Llegó antes que Gravedad cero. Luego vendrían otras. Tardarían en llegar un poco, pero cuando fueron apareciendo, vinieron una detrás de otra, eran las cataratas del Niágara de la creatividad en canciones. Pero esas pertenecen a otros álbumes, hablaremos de ellas cuando les toque.
Musicalmente, Gris marengo es una canción, como todas las del …ATM!, super sencilla. Como tanto nos gustaba, empieza con una línea de bajo, la línea de bajo de Davín que iniciaba y a la vez marcaba el pulso de tantas canciones, suyas o mías. Digamos que era marca de la casa empezar así una canción. Después, cada vez que se podía, y en este caso se podía obviamente, un acople. Un acople de guitarra que recorre la primera cuerda arriba y abajo del mástil, cómo no, con el pedal de distorsión Rotweiller aullando chirriadamente, para que tras el redoble reglamentario de batería empiece el mantra que se irá repitiendo una y otra vez hasta la extenuación. Que quede claro que Gris marengo habla de todo, menos de sí mismo. Para darle expresión a la variación Do-Sol me serví de un recurso de una vieja canción. Pensé, total, esa canción nunca se tocará ya, luego puedo aplicar lo que hice allí, aquí. Y funcionó. Tras el trance de Gravedad cero, Gris marengo te baja a tierra, te lleva a regocijarte con la repetición, te conduce por experiencias terrenales, un poco oscuras, y te deja sensación de incógnita. Por ejemplo, ¿dónde está ese bar?
El bar desapareció hace años. Hace días desapareció el cartel. En las fotos que ilustran esta entrada puedes ver la transición. Pero nosotros siempre sabemos que allí estaba el bar que seguramente dio origen a esta canción. “Gris marengo / me das nada / ¿tienes algo? / Gris marengo eres como mi mirada…”