Estábamos aún montado equipo Alfredo y yo cuando Davín inicia una secuencia de cuatro notas en el bajo que repite en bucle sin solución de continuidad. Cuando Alfredo ya está enchufado, con la batería eléctrica con la que ensayábamos, que fue la misma con la que grabamos el EP de El viaje alucinante, se pone a marcar el ritmo a esa secuencia. Entiendo que estamos calentando así que voy adaptando los acordes de la guitarra a las cuatro notas del bajo de Davín y me sumo al bucle. Esas cuatro notas en el bajo de Davín, con sus diferentes variaciones en los acordes de mi guitarra y con los diferentes redobles en la batería de Alfredo fue la rutina con la que desde ese día calentábamos cuando entrábamos al local a ensayar. No es que tuviéramos un local fijo. De hecho, nunca tuvimos local, al menos en esa época colmenareña en la que preparamos los seis temas de dicho EP. Lo mismo servía una habitación de la casa de Davín, que vivía en una casa mata en un lugar en el que apenas se molestaba al vecindario, que la sala gigante y vacía de la factoría de quesos de Alfredo. Esas cuatro notas iban adquiriendo contundencia y yo iba improvisando notas en la guitarra pisando fuerte el pedal de distorsión RÖTTWEILLER, el único pedal que he usado con …ATM!, de cuyo ruido no puedo desprenderme. Después del calentamiento íbamos ya al tema, al resto de canciones, es decir, a las canciones. Cuando, de repente un día, mientras calentábamos, en una de las infinitas vueltas que les dábamos a las cuatro notas, en un compás indeterminado Davín se acerca al micrófono y suelta, cantando:
La constante de gravitación universal
Multiplicada por la masa del planeta
Dividida por el radio al cuadrado
Me da la gravedad de la situación
Y entonces llega, otra vez, la carcajada grupal. ¡Carajo, el juego de los cuatro acordes se estaba transformando en canción! Y no hay nada más divertido y, sobre todo, emocionante, cuando hay complicidad en una banda, que asistir al nacimiento de una canción. No sabemos si desde el principio Davín tenía esta canción en la cabeza. Pero es cierto que las cosas que a Davín le rondaban por la cabeza no solían ser desechos mentales. No hay más que ver los dibujos de Davín. ¿Quizás empezaban así también? Con unos trazos aparentemente inocentes que se iban transformando en una posibilidad, esa posibilidad en una idea y esa idea en una historieta, llena de inabarcables detalles, llenando el espacio conquistado al papel blanco. Así nació «Gravedad cero»: una conquista al espacio vacío que primero fue llenándose con cuatro notas de bajo, luego añadido con un ritmo de batería hipnotizante para completarse con seis acordes y una primera estrofa de una ingeniosidad inverosímil: ¡era la fórmula de la gravedad transportada a verso!
La segunda estrofa tardó algunos días, no fue inmediata. Yo le sugería algún cambio en la estrofa primera, cambios que afortunadamente Davín no admitió. Y menos mal. Cuando vino con la segunda estrofa teníamos la canción casi perfectamente terminada.
Girar constantemente alrededor del sol
En órbitas concéntricas como electrones
Prisioneros de un núcleo sin latido
Me deja solo frente a mi fragilidad
No se necesitaba más. Solo terminar de conquistar completamente el espacio vacío con algunas melodías chirriantes metiéndole caña al RÖTTWEILLER mientas la canción gira y gira y gira en órbitas concéntricas sobre sí misma para terminar alternándonos vocalmente con un último verso final:
Me enseña que ya nunca podré regresar
Y, efectivamente, Davín se fue para nunca más regresar. Pero nos dejó esta canción y otras más a las que les dedicaré sus respectivas entradas en este blog.
“Gravedad cero” pasó de ser un ejercicio de calentamiento a uno de los temas más significativos de …ATM! Igual que se utilizó para abrir el EP de El viaje alucinante, lo utilizamos para abrir todos los conciertos que dimos. El único videoclip que grabamos fue precisamente para esa canción. Fue Alter consciens quien nos regaló la grabación y edición de ese video clip (¡¡gracias Igor!!) que hoy día tiene dos vidas paralelas. Una en un canal de youtube que Igor creó ad hoc para ese vídeo y que ya acumula más de 300 visitas, todo un exitazo y otra en el reciente canal de youtube que acabamos de crear nosotros como escaparate de los vídeos de …ATM! Uno de los regalos de cumpleaños más bonitos que me han hecho fue un montaje de esta canción cantada en playback por un buen puñado de amig@s, cada un@ un verso, que me emocionó hasta la médula. Por respeto a ell@s no la subo al canal.
En un homenaje que el mundo cómic le hizo a Davín un tiempo después de su muerte llevé una versión mákina de “Gravedad cero”. Hacía algunas semanas que había conocido a Juanmu y me había contado a qué se dedicaba. Aún no había creado Coaster. Le pedí si le apetecía jugar un poco con la canción y hacer una versión mákina. Se vino a mi casa una tarde, empezó a enredar en plugins e historias, a tratar de hacer de canal entre lo que yo tenía en la cabeza y el mundo material y en cuatro horas teníamos una canción con la que terminamos bailando en aquel homenaje al Davín al que tan amablemente me invitó el mundo cómic. Gracias chic@s, estuvo genial. La canción es un bonustrack de la broma que llamé The single y que explicaré a su debido tiempo.
“Gravedad cero” me enseña que ya nunca podrás regresar. Buen viaje, amigo. Todo esto va por ti.